Reconozco
que tengo dificultades para quitarme de la cabeza la experiencia
vivida en esta reunión.
Y
que, cuando algo se me mete en la cabeza, no suelo dejarlo hasta
que le saco punta, lo abrillanto, lo limpio y lo dejo como una
patena.
He
recibido algunos correos sobre este tema, algunos agradeciendo
tener información sobre la Asamblea pues no pudieron
asistir, otros reflexionando sobre cómo, siendo psicólogos,
no conseguimos acuerdos y llegamos a estos enfrentamientos.
Y,
en esa línea, he seguido reflexionando para darme respuesta
a lo segundo y dar más información contextual
a los que no asistieron.
Veamos...
Intentaré
hablar como espectador. Dejando al margen mi descontento con
el modo de hacer de nuestro COPC (no sólo de esta Junta
de Gobierno, que quede muy claro). De hecho, yo no me considero
"parte contraria". Entiendo que, mi intento continuo
de poner en evidencia lo que no está bien pueda parecer
"acoso y derribo", pero si mi pequeño aguijón
consigue que algunas cosas se dejen de hacer mal, yo... feliz
y contento. No persigo otra cosa.
Entremos
en situación...
Era
una Asamblea que se había ido caldeando previamente.
Reconozco que, a mí, me llegaron rumores sólo
una semana antes. Y, además, ahora lo sé, me llegó
menos de la mitad de la información que circulaba por
ahí.
Mi
objetivo, en esta Asamblea General, además de participar
en lo que se planteara, era otro diferente, y no tenía
nada que ver con lo que apuntaban los rumores. Por lo tanto,
lo que comente aquí sobre el tema del "Local"
es algo de lo que tuve conocimiento en el desarrollo de la agitada
reunión de colegiados.
Sigamos
poniéndonos en situación:
Decía
que el ambiente se notaba ciertamente tenso. Los miembros de
la Junta de Gobierno habían recibido correos con esos
rumores y cosas peores (así lo reconocieron) con lo que
debían estar a la expectativa. Normal. Los asistentes,
o tenían algo que decir y venían preparados, o
también habían recibido esos rumores y venían
con sus propias expectativas.
Supongo
que te vas haciendo una idea de la situación.
En
ese contexto comenzó la fiesta.
"La
primera en la frente, dijo Espiridión Pichinche y aquí
está..."
Un
poco de introducción legal para que sitúes cómo
comenzó la Asamblea (además de con los ánimos
algo alterados, como ya hemos apuntado)
Las
Juntas Generales tienen por sistema convocarse a las ocho de
la tarde en primera convocatoria, para la que se necesitan la
mitad de los colegiados más uno (es decir, cinco mil
y pico). Y, media hora más tarde, en segunda convocatoria,
con el número de colegiados que haya.
Bien.
Todos sabemos que resulta improbable que algún día
se produzca la invasión de cinco mil colegiados... pero
bueno. La hora es la hora y en esa hora, quien tiene obligación
de estar presente es la Junta de Gobierno.
Los
que consideramos el tiempo como algo muy valioso, cumplimos
con él para que él nos respete. Así que,
aunque lo sabíamos improbable, más de veinte colegiados
estábamos sentados en la sala a las ocho de la tarde.
Lo
que disgustó a más de uno, y a mí especialmente,
es que a las ocho y media, el Sr. Decano no estuviera ni siquiera
en la sede del Colegio. Vale, acepto salida de puente como atasco
monumental en BCN, pero si había algo previsible era
que en dicha fecha cualquier desplazamiento sería infernal
y había que contar con ello.
La
Asamblea comenzó a las nueve menos cuarto, incumpliendo,
a la primera, las obligaciones que la Ley impone a la Junta
de Gobierno.
Ya
sé que mi lenguaje puede sonar demasiado "tocanarices"
pero... si incumplimos las más básicas reglas
de respeto, si me salto a la torera la obligación más
pequeña... ¿cómo puedo defender que sí
cumplo lo demás?.
Un
mal comienzo que caldeó algo más el ambiente.
"No
hay primera sin segunda, dijo Mincho Calandraque y aquí
está..."
Te
planteo el siguiente supuesto: si asistes a una reunión
en la que esperas que te critiquen, cuestionen o incluso ataquen
aquellos que tienen el derecho de pedirte explicaciones... supongo
que, la postura más "lógica" sería
estar prevenido (luego podemos añadir todas las variables
asociadas con los diferentes estilos de personalidad).
Bien.
En
esa situación, al abordar el primer punto del orden del
día, el Sr. Decano se cuestionó a sí mismo
al plantear que no sabía si se debería plantear
para aprobación o no -en Asamblea Extraordinaria- el
Acta de una Junta/Asamblea General normal. Primer punto del
orden del día.
Admito
que me parece una cuestión lógica.
Pero
ese cuestionamiento no se puede hacer cuando YA se ha convocado
una reunión con un orden del día en que se incluye
ese punto. No sé. Yo no alcanzo a entender eso. Me parece
que, ese tipo de cuestiones, hay que planteárselas antes
de firmar la convocatoria (aunque el Sr. Decano hiciera un comentario
desafortunado respecto a la importancia de su firma).
Reconozco
que esos detalles me pueden porque estoy de acuerdo con la máxima
jurídica de que "quien no puede lo mínimo,
no puede lo máximo".
En
ese momento, se hizo venir a alguien que parece ser "asesor
legal" no sé si del COPC o de la Junta de Gobierno
(porque no he localizado esa información en la página
web ni en ningún sitio, pese a requerirla). Esa persona
asistió a toda la Asamblea y fue requerida varias veces
para que se manifestara sobre si algo se podía hacer
o no.
"La
tercera es la vencida dijo Castro Lobuandique y aquí
está, venga..."
La
Junta de Gobierno aceptó la soberana voluntad de la Asamblea
que, con bastante alboroto, consideró que sí había
que leer (esfuerzo que hay que reconocer) y votar si se aprobaba
el Acta en cuestión.
Se
hizo la votación. Yo contaba con la autorización
para la representación de una compañera y reclamé
poder votar por ella. El Sr. Decano, con el asesoramiento de
la persona que antes he citado, me negó ese derecho y,
gracias al cielo, él mismo solicitó que constara
en acta la negativa a dejarme votar por representación.
No sé qué tipo de argumentación legal utilizarán
para justificar tal decisión que, por descontado, pienso
solicitar.
Este
aspecto, el de la representación de otros compañeros
en Juntas Generales, es uno de los que creo que se están
aplicando mal en nuestro Colegio desde hace muchos años.
No he encontrado nada en la legislación aplicable que
impida la representación de otros colegiados en Junta
General, sin embargo, si llamas para preguntar cómo puedes
hacerlo, te dicen, sin más, que no es posible.
Veremos
que respuesta tenemos cuando solicite que me argumenten legalmente
esa imposibilidad de representar a otros. Pero eso es otro cuento...
"A
la cuarta... ni los bueyes." (sigo utilizando a Carlos
Mejía Godoy)
Bien...
Aprobada
el acta anterior con treinta abstenciones y treinta y pocos
votos a favor (más de diez de ellos de miembros de la
Junta de Gobierno).
Llegaba
el segundo -e impreciso- punto del orden del día. El
que realmente había motivado la convocatoria.
Admito
que, sobre el tema del "Local", lo único que
sabía era lo que algún correo electrónico
-del que yo me hice eco- comentaba sobre que había un
"agujero" económico muy significativo y que
se iba a solicitar una derrama considerable.
Se
hizo una exposición por parte de la Junta sobre los avatares
que ha sufrido el proyecto de montar una nueva sede para nuestro
Colegio profesional. Ahí es dónde me quedó
bastante claro que los correos electrónicos que había
recibido eran algo exagerados.
Y
también hubo intervenciones de otros colegiados que ofrecieron
una visión del mismo tema con alguna sombra.
Para
que te sitúes, te resumo lo que yo percibí (supongo
que, como tú, no tenía idea del mar de fondo que
había tras la Asamblea).
Básicamente
entendí que se plantearon tres cuestiones:
-
La forma de contabilizar la deuda que el COPC tenía.
-
¿Por qué se eligió una pequeña empresa
de Cambrils para hacer la reforma en lugar de una gran empresa
de Barcelona con la que compitió?.
-
Y, si había algún miembro del gobierno del COPC
que tenía vínculos con esa pequeña empresa
beneficiada por la decisión de la Junta de Gobierno.
Este
debate duró horas. No puedo, ni quiero, posicionarme
sobre las informaciones aportadas. Aunque, aprovecho para felicitar
a los colegiados que, con intereses o no, dedicaron tiempo,
dinero y esfuerzo, para aportar información que, de otro
modo, ninguno tendríamos. Confío en obtener su
autorización para poder publicar la información
que nos hicieron llegar para que tú puedas formar tu
propia opinión.
Es
evidente que, en este tema, habían posturas encontradas
que no consiguieron conciliarse (que yo tenga conocimiento).
En
lo que sí me posiciono es en las formas.
Desde
mi punto de vista, el Sr. Decano (responsable de "dirigir
la reunión") estuvo más preocupado de velar
por la intimidad de las personas y por el cumplimiento de algunos
aspectos -que no he conseguido encontrar- de los Estatutos,
que del espiritu que implica una Asamblea/Junta General de colegiados.
Confío
que, cuestionar el hecho de que el Sr. Decano impidiera que
alguien respondiera a una pregunta (por aquello de la intimidad-privacidad
de lo personal), no se interprete como ataque personal a nadie,
ni comunión con ninguna de las deducibles insinuaciones
que se formularon en la Junta General.
Sólo
planteo lo siguiente, especialmente para ti que no asististe:
Supongamos que alguien pregunta a alguien si tiene algún
vínculo personal con cierta empresa. La respuesta es
sencilla: Sí o No.
Intervenir
para impedir que esa respuesta concreta se produzca, aduciendo
el respeto por la intimidad de la persona... me parece, por
un lado, muy correcto, pero... por otro, y dado que hablamos
de un cargo público... hace que las paranoias tengan
campo para alimentarse. Y eso, no es bueno porque sigue fomentando
el supuesto enfrentamiento.
Vamos,
a mí no me gustó que se impidiera responder por
aquello de la privacidad. Básicamente porque cuando no
hay nada que esconder, decir que no lo digo hace pensar que
hay algo que esconder... y, bueno, no hace falta licenciarse
en psicología para saberlo, digo yo.
Otro
punto que alimentó la desconfianza y la duda fue el de
prohibir la presencia de determinada persona (empleada del COPC)
a la que la Asamblea requería, con la discutible excusa
de que no era colegiado, ni técnico de algo.
No
sé qué tenía que decir esa persona (repito:
empleada de todos los colegiados y que espero no sufra ninguna
consecuencia por haber sido mencionada), ni porqué alguien
pidió que compareciera... pero negar su presencia aduciendo
argumentos de impreciso carácter legal... vuelve a alimentar
la sospecha. Por cierto, todo esto lo avalaba esa persona antes
mencionada que es la supuesta "asesora legal" porque
no se conoce su nombre ni número de colegiada del Colegio
de Abogados.
No
soy experto en comunicación... pero no hace falta serlo
para saber que si quiero desmontar una fabulación, debo
facilitar el acceso a la información. Cualquier acción
que dificulte ese acceso, contribuye a fomentar las sospechas
y los rumores. Es mi opinión... que puede no ser compartida.
Resumiendo
este apartado: me quedó un regusto amargo.
Me sentí profundamente decepcionado y más preocupado
de lo que había llegado.
Hubo
un momento en que alguien propuso un voto de censura para la
Junta de Gobierno. Hay quién opina que esa propuesta
es oportunista y con intereses. Lo que nadie puede discutir
es que la actual Junta de Gobierno ha facilitado que esa censura
se plantee.
Más
tarde de lo que me podía permitir, abandoné la
Asamblea antes de que concluyera. El precio personal que tuve
que pagar por asistir y tener el móvil desconectado durante
cuatro horas no me lo podrá compensar nadie. Pero todos
los sacrificios pueden tener algo aprovechable... y confío
con ilusión que, compartir estas líneas, lo sea.
Nota
final.- Como se puede apreciar, he evitado los nombres y apellidos.
Lo he hecho por puro respeto y porque lo que a mí me
interesa no es quién hace qué, sino lo que se
hace por el COPC.
Gracias
por tu paciencia, una vez más... y a tu disposición
para cualquier comentario, crítica o sugerencia.
Joaquín
Morata. Col. 6247