Daliniano..,
kafkiano.., deprimente… (menos mal que el Barça
ganó la champions).
Siete
de la tarde. De una tarde con un ambiente singular. La calle
parecía la extensión de un entrenamiento del Barça.
Y allí, en la acera, frente a la puerta de nuestra flamante
sede, corrillos fumando, sonriendo, saludándose, algunos
contando…
¡Cola¡.
¡Hubo cola para entrar¡. No te lo pierdas.
Por
primera vez, de todas las Asambleas que he asistido, se pidió
la identificación a las personas colegiadas que asistían
y no eran reconocidos por el personal administrativo del colegio.
Lástima que, algo que es de ley, se ponga en marcha cuando
hay marejada.
Te
estoy contando la Junta General Extraordinaria. La primera.
Aquella en la que sólo había un punto en el orden
del día: la aprobación de la “adecuación”
de los Estatutos del COPC a la Ley 7/2006 de Colegios Profesionales.
Tiene
que quedar claro porque bastante lío tenemos para entender
el funcionamiento de nuestro Colegio Profesional.
Asistentes…
ochenta y pico. No sé por qué, siempre, se olvida
uno de los principios básicos de la votación de
cualquier Asamblea: decir el número de asistentes que
van a votar.
El
NO estaba cantado. Y la Junta de Gobierno, luego lo entendí,
lo tenía completamente asumido.
Dos
abogados del despacho del insigne catedrático Joaquim
Tornos asistían a la Asamblea (voy a llamar Asamblea
a la Junta General para no liarnos con tanta Junta), para dar
las explicaciones legales oportunas a las preguntas de los asistentes
(Decano dixit).
¡Y
una m…. como una sequoia¡
Estos
ilustres miembros del ilustre despacho de abogados sólo
repitieron (seis o siete veces) que esto no es una modificación
sino una adaptación porque una adaptación a una
ley no es una modificación pero modificamos los artículos
para adaptarlos a la Ley sin hacer una modificación de
los Estatutos porque los Estatutos deberían de haberse
modificado digo adecuado ya y estamos fuera de plazo pero la
adaptación es adaptación y sólo adaptación
y te miro displicentemente cuando te atreves a hablar de leyes
miserable psicólogo que no tienes ni idea de la ley….
UFFF…. (toma aire).
Lo
que costara su asistencia a la Asamblea fue un dinero completamente
tirado (porque los abogados, ya lo sabemos, cobran hasta por
darte la mano).
No
aportaron nada, repitieron el lema que había publicado
la Junta de Gobierno en la página web defendiendo (aún
no entiendo por qué) que era una adecuación y
no una modificación.
Pasamos
página y olvidamos a estos grises personajes.
Se
da la voz a las personas colegiadas.
Yo
retrasé unos instantes mi participación para ver
si alguien tenía algo que decir… lo juro. Esperé.
Pero supongo que otros también esperaban a que yo rompiera
el hielo.
Así
que… levanté la mano y me pasaron el micro.
Jolín,
cada vez me tiemblan más las manos… Micrófono,
papeles, gafas… me faltan manos y espacio… pero
bueno, dado que nuestra maravillosa sede no está pensada
para facilitar estas cosas, no había atril ni manera
de hacer una explicación coherente sin parecer que estás
incómodo.
Defendí
el no. Y defendí el no porque no se había tenido
en cuenta el art. 49 de la famosa Ley. Y defendí que
si las enmiendas que había presentado hacía un
mes se incluían en los nuevos Estatutos yo pedía
el sí.
Pero
lo que yo no sabía es que la Junta de Gobierno daba por
perdida la votación y no tenía el menor interés
por dialogar, negociar, atender…
Solté
mis explicaciones mientras el abogado no decía nada coherente
a mis preguntas y la Junta de Gobierno aguantaba sin importarles
que la ley diga que “se han de establecer medios para
facilitar la participación de los colegiados en la toma
de decisiones del órgano plenario”.
Era
una especie de: “desahógate, suelta lo que quieras
y como si no”.
No
era un debate para ver de conseguir un acuerdo entre la Junta
de Gobierno y la Asamblea. Era un trámite. Hablad. Decid
lo que os venga en gana. Aquí no se negocia, ni se debate,
ni se trabaja en pos de algo diferente. Esto es lo que hay.
Votad, votad, malditos.
Otros
compañeros tomaron la palabra dejando claro que la votación
de esa adecuación de los Estatutos era un absurdo.
Estamos
fuera de plazo. Desde ya (ya hace más tiempo), nuestros
Estatutos se han de interpretar teniendo en cuenta la Ley 7/2006.
Tanto si se aprueban como si no. Por lo tanto, era un trámite
casi tonto. Pero ahora la Junta de Gobierno tendrá un
pequeño problema para explicar ante la Generalitat porqué
los Estatutos del COPC no se han adecuado a la Ley.
Sigamos.
La
otra persona que pedía el No, amparada en un colectivo
que quizás no avalaba completamente su propuesta, era
el Presidente de la Sección de Clínica.
Como
ya dije en otro escrito, el NO que pedían algunos miembros
de la Junta de la Sección de Clínica o algunos
miembros de la Sección, que no la Sección de Clínica
entendida como todas las personas colegiadas inscritas en dicha
Sección. Ese No era completamente electoralista. Se trató
de encubrir en el argumento de que los Estatutos no definían
con claridad las funciones del psicólogo clínico.
Pero es evidente que, la otra razón escrita pero no dicha,
es que se quería evitar la posibilidad de que miembros
de la actual Junta de Gobierno pudieran volverse a presentar.
Defendió
el No. Aunque fue criticado por algunos compañeros al
intentar monopolizar la función del psicólogo.
No todos los psicólogos y las psicólogas que ejercen
se adscriben a la psicología clínica.
En
fin. Era un vacío debate sobre el sexo de los ángeles
cuando en realidad lo que querían era hacerle la cama
a la Junta de Gobierno sin aportar nada que beneficie a TODO
el colectivo de personas colegiadas.
La
guerra interna. El reino de Taifas. La lucha de poderes. Las
revanchas personales. Los odios internos. La mala gestión
de la frustración. La incapacidad del diálogo.
El afán de poder. La república bananera. La falta
de ética. La incoherencia. El maniqueísmo.
La
Junta de Gobierno estaba más preocupada de cómo
gestionar esta rebelión interna que de atender a propuestas
que nos favorecieran a todos.
Era
un NO anunciado.
Un
NO destructivo.
Y
si la situación en el Colegio ya resulta imposible. Si
no hay manera de hacer que atiendan a peticiones para beneficiar
al colectivo.., lo que nos espera en esta guerra intestina.
Resultado…
cincuenta y pico votos en contra – doce o trece a favor.
La
famosa adecuación de los Estatutos no se aprueba.
La
Junta de Gobierno ha perdido su primera votación.
Algunos
miembros de la Junta de la Sección de Clínica
creen que han ganado.
La
mayoría inmensa y silenciosa de las personas colegiadas,
hemos perdido.
El
COPC ha perdido.
Joaquín
Morata