Hace un tiempo, un colega al que respeto me enfrentó
a un dilema sin él proponérselo.
El
tema era la retribución de los colegiados que, por medio
de elecciones o a dedo, acaban formando parte del entramado
organizativo de nuestro Colegio profesional: Junta de Gobierno,
Comisiones, etc…
Yo
siempre he defendido que si dedicas tiempo, lo cobras. Y, sobre
todo, si cobras… has de dedicar tu tiempo.
Este
colega, al que sigo respetando aunque –o precisamente
porque- hizo que me cuestionara mi visión del asunto,
apuntó que los ingresos que están recibiendo los
miembros de Juntas y Comisiones podría llevar a que una
serie de colegas, sin gran valía profesional, contemplen
el Colegio como una especie de actividad principal con la que
ganarse la vida porque en la profesión libre no tienen
éxito o posibilidades.
Esto,
posible sin duda, podría acabar con que la dirección
y gestión de los asuntos de todos los colegiados estuvieran
en manos de personas “poco solventes” profesionalmente
hablando, o inútiles, directamente.
La
otra alternativa, evidentemente, es que las personas que administren
y dirijan nuestro Colegio profesional no reciban casi retribución
por su dedicación. Y que no lo hagan porque no lo necesitan
para ganarse la vida porque son personas con capacidad suficiente
para desarrollar su vida profesional al margen del Colegio y
se ganan bien la vida con ello.
Personalmente
aún sigo algo confundido.
Sigo
pensando que dedicar tiempo a una actividad implica algún
tipo de recompensa. Quizá la recompensa es el bien común
y saberse útil a los demás compañeros y
compañeras..., quizás la recompensa es sentirse
poderoso, quizás tener la tarjeta Visa del Colegio y
comer por la cara en buenos restaurantes…. No lo sé.
Creo
en la bondad del ser humano. Pero no puedo negar su egoísmo.
Me
gustaría poder abrazar la idea del colega, al que espero
seguir respetando mucho tiempo, pero algo me lo impide.
Puede
que sea la forma ideal de funcionar… pero… lo que
nos está enseñando la realidad colegial es que,
aún cobrando una pasta, parece imposible exigir responsabilidades
a nuestros dirigentes. Eso me sugiere que, si además
no cobran, igual las responsabilidades me las exigen a mí.
Cobrar
pero exigir dedicación al Colegio es la opción
que me suena más “operativa”. Una vez más
veo que son necesarios mecanismos eficaces de control del poder.
Esta
vez no tengo respuesta… Estoy reflexionando y lo comparto
contigo por si quieres ayudarme o confundirme un poco más
con tu particular visión del asunto.