Buena
gente.
Voy a robarle esta expresión a nuestro Decano. La utilizó
en algún momento para referirse a que los/as profesionales
de la psicología somos buena gente y el Colegio también
y que no nos van a molestar con la inminente reforma del tema
colegial a nivel europeo.
Nuestros dirigentes también son buenas personas. Yo soy
rouseauniano radical y no quiero concebir el mundo de otra manera.
Me gusta pensar que la gente es buena por naturaleza. Y si hace
maldades o me daña es por alguna razón (incluida
la ignorancia) pero no por maldad.
Cierto que la persistencia en la ignorancia me molesta y disgusta,
pero no por eso dejo de pensar que, como personas, son buena
gente. Como todos. Como tú y como yo.
Vamos, que la bondad no es excusa.
Y la ignorancia, menos.
Hay un dicho anónimo que dice: “Lo peor de la ignorancia
es que… a medida que se prolonga, adquiere confianza”.
Y eso es ante lo que me encuentro.
Decano y Vicedecano, en dos momentos diferentes, y ya con los
canapés en la mano, se atrevieron a afirmar que para
presentar una moción de censura se necesitan las firmas
del 10% de los colegiados.
La
ignorancia es muy mala.
Sr.
Vicedecano, me debe Vd. una cena.
Si el 10% de los colegiados lo solicita, se convocará
una Asamblea Extraordinaria para tratar lo que les venga en
gana (inclusive cambiar el color de las paredes) Art. 31 de
nuestros cuestionados Estatutos. Pero para presentar una moción
de censura no hay ningún requisito en nuestros Estatutos.
¡Faltaría más!.
Como ya intuyes, no se incluyó la opción de votar
una moción de censura. Aquí no pasa nada.
No sé si pensará lo mismo el Departament de Justicia
de la Generalitat de Catalunya. Porque
ya no sé qué más hacer para cambiar las
cosas desde fuera.
Lo gordo es que, en privado, todo el mundo me da la razón.
Hay que cambiar el COPC de arriba abajo. Pero nadie hace nada…
y, aún peor, tampoco dejan hacer.
En fin… No te voy a marear más.
Una Junta General que pasará a la historia porque el
COPC se ha empobrecido un poco. Se aceptó por una mayoría
extraña (los votos en contra y las abstenciones eran
más que los votos a favor), un permiso para vender el
local de Gran Vía por una cantidad que no cito y en la
que no voy a entrar para no perjudicar a nuestro Colegio.
No entiendo la urgencia ni la necesidad de vender. Pero se decidió
por esa mayoría absurda que no cuenta las abstenciones
y hay que acatarlo.
Creo que había unos cincuenta asistentes. Algunas caras
nuevas, lo cual siempre me hace tremendamente feliz. La mayoría,
las caras de siempre, lo cual siempre me deprime. Miembros de
Junta de Gobierno que no asisten, lo cual siempre me cabrea
un poquito. Ambiente acogedor y familiar. Las Navidades son
así.
Se aprobó el presupuesto del 2010. No nos subirán
la cuota. No se subirán el sueldo (los que cobran). Y
la evidencia de que nos gastamos sobre un millón de euros
en sueldos (Juntas varias, Empleados y Profesionales al servicio
del COPC).
Revelador que la cantidad presupuestada para las próximas
elecciones (en Junio salvo cataclismo), sea la de unas elecciones
como las de siempre. Es decir que, según el presupuesto,
no se ha tenido en cuenta guardar una cantidad para contratar
y formalizar el voto electrónico.
Las personas colegiadas, si no asisten a la Asamblea, no cuentan.
Nuestro Colegio profesional barre para adentro. Trata de gestionar
sus problemas sin contar con las personas colegiadas. Es así.
Y será así mientras las personas colegiadas no
hagan nada. Y conste que el lunes era un día para quedarse
en casa, algo que no se me ocurre recriminar a nadie.
Agradezco
al Sr. Presidente de Clínica la información que,
en privado, me proporcionó. Aunque le recuerdo que él
es un cargo público, que cobra de mis cuotas, y yo puedo
pedirle responsabilidades. Y no él a mí.
Agradezco también al Sr. Vicedecano la información
que me proporcionó, también en privado, y que
podría cuestionar mis afirmaciones sobre su incumplimiento
del Código de Estilo. Digo “podría”
porque no lo hizo por escrito o en Junta General, como solicité.
Lamento que los dos cargos mencionados pongan a la Comisión
Deontológica como garante de la gestión administrativa
de los cargos electos. Algo que, desde mi punto de vista, no
es su función.
Y lamento, como siempre, esa tendencia a no dar explicaciones
ante quienes deben darlas: las personas colegiadas reunidas
en Asamblea.
Y
lloro por esa endogamia, perenne para más señas,
que perpetúa una forma de hacer que, desde mi punto de
vista, ni beneficia a la profesión, ni a los/as profesionales.
Por cierto, quizás es por eso que esta imagen de los
lavabos del COPC tiene sentido… (lo digo por aquello de
no dejar que los malos olores se escapen).