En
los pequeños flashes de lucidez retrospectiva que me
vienen, alucino pepinillos alemanes al verme defendiendo la
participación en Juntas.
Admito
una alergia congénita a ese tipo de acontecimientos (sean
del tema que sean)
Indago
buscando respuesta a este cambio que me motiva en una dirección
que hace años me producía una irremediable urticaria.
¿Será
que he alcanzado la madurez civil y he llegado al punto de responsabilidad
que convierte a un ser humano en participativo?. O… ¿será
que lo que me hacen tragar es peor que el ricino y más
temible que la urticaria?.
No
tengo una respuesta clara. Por eso reflexiono en voz alta, buscando
mis respuestas o esperando quizás las tuyas.
Te
cuento…
En
Febrero de 2007 solicité a nuestro Colegio Profesional
que me enviaran copias de las Actas de las Juntas Generales
de los años anteriores para tener una idea de cómo
había funcionado la cosa esa de la toma de decisiones
colegiales. Se me respondió que estaban a mi disposición
pero que no se enviaban copias.
En
Julio de 2008, después de haber intentado consultar las
Actas sin éxito y seguir insistiendo, me envían
las copias de las Actas que había solicitado.
Chupito
de ricino con vodka = Movimientos peristálticos sin control.
Si
en el 2007 no se enviaban copias y en el 2008 se envían
copias… o en el 2007 se me tomó el pelo o en el
2008 alguien está incumpliendo una norma.
Si
al menos encontrara (o me dieran) alguna explicación
que aplacara mi dolor de tripas…
Consulto
las Actas que me han enviado (del 2005 y 2006 antes del cambio
de gobierno). Me llama la atención una cosa: número
de colegiados que participan: entre 20 y 30 (de ellos, entre
17 y 20 son miembros de Junta de Gobierno). Vamos, que en alguna
Junta General de Colegiados podía ser que sólo
estuvieran miembros de la Junta, de las Secciones, de las sedes
territoriales...
Comienzo
a entender.
Seguramente
era bastante cómodo dirigir un colectivo en aquellos
tiempos en que las colegiadas y colegiados no se molestaban
en asistir a las Juntas (alguna de las Actas que he recibido
constan sólo de dos hojas). No había debate ni
polémica.
Curioso que nadie haya celebrado el incremento de participación
en las últimas Juntas y que incluso oyera en alguna ocasión
algún comentario sobre que… si asistían
más de cien colegiados había que suspender la
Junta porque no cabían.
Voy
entendiendo que cuando alguien se acostumbra a un modo de hacer
(aunque sea un modo de hacer bastardo) se produce una mayor
o menor resistencia a su cambio. Aunque ese cambio vaya en la
dirección correcta de hacer.
Quizás
esto explique algunos sinsentidos administrativos y conductuales
que hemos estado viviendo en los últimos años
(y muy especialmente en los últimos meses).
No
me gusta la parodia fácil pero… mirando las cosas
desde este punto de vista, me vienen a la mente algunas manifestaciones
de personajes singularmente alejados de la realidad..., no sé…
Idi Amin, un tal Pinochet, Iósif Stalin, Joseph McCarthy…
Por
supuesto que no.
No
estoy haciendo paralelismos personales. Estoy hablando de alienación.
Concretamente
de “alienación política” que, en una
definición de andar por casa (gracias a la wikipedia),
vendría a querer decir que: pertenecemos
al Estado. No todos somos iguales ante la ley. O, contractualmente
aceptamos que UNOS SEAN MÁS IGUALES QUE OTROS.