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Opinión sobre "La Caja.."

Ayer lo ví...
Joaquín Morata


 

 

 

Ayer vi “La Caja” y, la verdad, sigo sin entender la polémica.

Me tragué el programa en cuestión completo, incluida la publicidad para imaginarme el público al que se dirigen y cómo va la contratación de publicidad (índice inequívoco de la marcha de un programa de tv).

Me desconcierta discrepar de la mayoría de las voces que se alzan sobre el tema. Y no es que yo nade contracorriente por sistema. Lo mío es la crítica más que la discrepancia. Es que, desde el principio, no acabo de captar bien la esencia de la polémica.

Es un programa de tv. Por lo tanto un espectáculo. Y está bien hecho. Con mucha más delicadeza y elegancia que cualquiera de los programas al uso.

Analizo el formato del programa, sin entrar en el elemento que creo es clave para el asunto: la participación de psicólogos colegiados.

Es un espectáculo “light” para lo que se puede ver en la parrilla de tv. Ya sé que vuestra ocupación no os permite ver mucha tele pero a mí me gusta imaginar qué está llegando a la mente de mis pacientes y por eso me trago todo lo que den, para hacerme una idea de hacia dónde demonios vamos.

Realmente, lo morboso (en el programa) es muy escaso y se trata con pulcritud.

Si elimino de la ecuación lo de “psicólogos colegiados”. La cosa merece incluso un aplauso. No es diferente de cualquier programa de mediatarde en que la gente muestra su miseria y su intimidad (ver “Diario de no sé quién”). Y creo que el modo en que se presenta puede ayudar a algunas personas con conflictos similares a los que se muestran. Aunque también puede tener efectos perversos, no hay que olvidarlo.

Os propongo un ejercicio de imaginación: una productora andaluza compra los derechos del programa, mantiene el formato tal cual pero elimina cualquier referencia a la psicología y sólo habla de “terapia”. ¿Dónde estaría el problema?.

Esto sí que comienzo a verlo claro.

El espectáculo no es la terapia, es la intimidad de los sujetos. El viaje, utilizando la psicología, a una parte muy íntima del individuo. (Aunque a mí me pareció reiterativo y algo aburrido).

Para los que no hayan querido perder su tiempo, os cuento algo sobre el esquema del programa que es muy claro: tres casos: uno, entrañable; otro, de dominio público (relacionado con la actualidad), y tres… la fobia espectáculo.

En el programa que yo vi: entrañable (salir del armario con temor a herir a la familia), el de dominio público (la hija de un matrimonio en un caso de maltrato de género con intento de asesinato), la fobia (una fobia a las arañas y cangrejos). Y, por lo que adelantaron, repiten esquema en el próximo y parece que es el mismo esquema del primero (que no ví).

El problema no es el programa. Repito, desde mi punto de vista, hay programas tremendamente más dañinos para la sociedad y los participantes. El programa es incluso elegante y fino (por eso se irá a paseo salvo que cambie el estilo y busque más carnaza).

El problema es que se haya relacionado de esa manera tan “brillante” con la psicología y la psicología colegiada.

El problema parece ser la banalización de la psicología. La psicología espectáculo.

Y digo: “parece ser” porque yo aún sigo rumiando la cuestión.

Aunque, quizás deberíamos de ser un poco más serios y recordar, por ejemplo, a un tal Dr. Soler (de nuevo en TV3), con la “Psicopatología de la vida conyugal”, y ahora con algo así como “Psicopatología Digital”.

O, si alguien tiene más memoria, con una serie, también de TV3, de hace bastantes años, que contaba el día a día de un gabinete de psicología on-line (Psicoweb o algo así) en el cual los psicólogos (los personajes eran psicólogos) aparecíamos retratados como imbéciles integrales que se cachondeaban de sus pacientes cuando acababan la sesión.

O, si alguien no lo ha olvidado (que yo sí lo he intentado), los “psicólogos” que dieron una imagen lacrimosa de la profesión en las primeras tertulias de los primeros “realitys”.

No procede escandalizarse del espectáculo basado en el malestar ajeno cuando hemos callado (y seguimos callando) ante programas diarios que sólo utilizan el morbo del sufrimiento ajeno como contenido. Ese argumento lo hemos perdido por callar. No podemos salir a la palestra a defender la dignidad de la persona utilizada como herramienta para ganar audiencia. ¿Nadie se percata de cómo quedaremos si, ahora, cuando nos afecta directamente, ponemos el grito en el cielo por aquello de no mostrar el sufrimiento ajeno?.

¿Dónde estaban los psicólogos cuándo en los diversos programas de “academias” se practicaba (y se sigue practicando) el maltrato psicológico público sin ningún rubor?. ¿Dónde está el COPC cuando los medios se cuestionan a sí mismos y hablan de códigos éticos y de límites en sus programas?. ¿No teníamos (no tenemos) nada que decir al respecto?.

Yo sigo sin ver claro el asunto. Espero que, otras personas que tienen claro el tema, me iluminen y me expliquen con razones qué es lo malo. Qué es lo que ha generado el debate.

¿Qué estamos cuestionando?: ¿la actuación profesional de unos colegas?, ¿la actividad de una productora?, ¿la decisión de unas personas soberanas y libres que se dejan provocar crisis de ansiedad en público?, ¿la inoperancia del Colegio para compensar la imagen parcial que se ofrece de la profesión?.

Yo sigo haciéndome preguntas… y, poniendo la razón sobre la mesa, no encuentro respuestas claras y rotundas.

No defiendo el programa, creo que me perjudica más que me beneficia, pero es que, sin gustarme, no consigo encontrar argumentos RACIONALES que me permitan delimitar el objeto y objetivo del debate.

Tengo claro que hay que hacer algo para paliar (ojalá compensar) la visión parcial y bastante sesgada que la sociedad está recibiendo de la Psicología a través de ese programa.

Pero sin aspavientos, sin rasgarse las vestiduras… porque eso puede acabar siendo como escupir contra el viento.

Lo que sí tengo claro es que, si el COPC hubiera invertido el dinero de nuestras cuotas en crear una imagen correcta y profesional de nuestra profesión.., quizás no nos estaríamos preocupando ahora de lo que la sociedad pueda pensar de la Psicología a partir de un programa espectáculo.

Si la sociedad ya supiera, por boca nuestra, qué es la Psicología, cómo funciona, sus distintas corrientes, sus distintos medios de trabajo, su profesionalidad… creo que estaríamos muy tranquilos.

Por cierto.., el Ilustre Colegio de Abogados de Barcelona está haciendo ahora la campaña publicitaria (en TV3) que llevo años demandando que hagamos para la Psicología.